miércoles, 28 de febrero de 2007

Entre Dos Ríos II


En la carretera

El calor inunda la pequeña carretera que conduce de El Ceibo, frontera con Guatemala, a la primera ciudad en territorio mexicano, Tenosique.

Unos prefieren recorrer la zona de la montaña por miedo a cruzarse con las autoridades migratorias de México. Saben de los peligros y las horas de camino, sin agua y comida, una maleta a la espalda con sus escasas pertenencias, una Biblia, un retrato de los hijos, o la foto con la novia, la mamá o a la puerta de su casa.

El camino a recorrer está a escasos 300 metros de distancia de la carretera donde el transporte los llevaría en una hora. El paso por la montaña se hace en tres días. Los obstáculos van desde un posible asalto, hasta violaciones a mujeres y niños, el robo de su poco dinero, y un sin número de pasos en ríos y pantanos, que llegan a la altura de la cintura.

Tres días, con llagas en los pies, con infecciones en la piel por picaduras de mosquitos, larvas, garrapatas y hormigas. El hambre y el sueño, mojados por la frecuentes e inesperadas lluvias que incrementan el sofocante calor. Deshidratación, temperatura, cansancio extremo y con todo ello, la esperanza de llegar hasta la vía del tren Chiapas-Mayab, que los llevará hasta la frontera norte de México para así llegar a Estados Unidos. El sueño prometido, la esperanza económica, el reencuentro con la madre o con el hermano, el trabajo seguro, el envío de dinero a Honduras o a El Salvador.

La llamada telefónica: "Estoy trabajando en una empacadora", "corto el césped de una gran casa", "te envío los tenis que tanto quieres", "el dinero para comprar el uniforme ya lo tengo". Es lo que ellos llaman, "el sueño americano", el sueño a tener un trabajo sin violencia y sin la preocupación de "qué comer el día de mañana".

Brenda Ávila, 20 años, de Catacama, Honduras. Salió un sábado de su casa, no planeó nada, sólo sabía que tenía que salir de Honduras para llegar a Estados Unidos; así lo hizo una amiga de la escuela y tenía un trabajo en Los Ángeles. Le enviaba un dinero a sus papás y así podían vivir los viejos sin mayor preocupación.


----La justicia consiste en tener respeto por el derecho de la gente a vivir como quiera.
Naguib Mahfuz

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