sábado, 15 de diciembre de 2007

Doña Conchis

I. Sábado, por la mañana, de un día fresco con el sol quemando la piel. Camino a Querétaro, el objetivo, la comunidad del El Ahorcado. Motivo principal, la Señora Conchis…


II. “Entraron corriendo los Afis, metieron a los muchachos a mi casa para culparme de que yo era pollera. Pero mira la casa y dime si este es un hogar de polleros. Eran 6 migrantes y el pecado de ellos fue estar enfrente, aquí afuera de mi casa, descansando y esperando que pasara el tren y el pecado mío fue darles un poco de comida. Me acusaron de traficar con seres humanos, ya me había amenazado la policía, pero nunca creí que pudieran cometerse estas injusticias.

“Toda mi vida he vivido aquí, toda mi vida he visto como pasan los migrantes buscando comida y un poco de ropa, o un lugar para descansar y poder seguir su camino. Toda mi vida he ayudado a esta gente y toda mi vida seguiré haciéndolo. El único que me puede juzgar es dios y él esta muy arriba de nosotros. Únicamente a él le voy a rendir cuentas, mientras él me preste vida seguiré con esta labor, porque aunque soy pobre, ellos, los migrantes no tiene comida, ellos salen de sus casas por no sé que razones y es muy cruel que por buscar un poco de comida o una vida mejor los persigan peor que a los perros.

“Dos años encerrada, y si estoy un poco triste pero ya se me quitará. Hay cosas que hacer y por algo estoy de nuevo aquí.


III. A lo lejos se escucha la música, del poblado. Ataviados los músicos con ropa norteña, dejan sonar la cumbia. Doña Conchi, -conocida así en al población- es rodeada por sus nietos, sobrinos y dos de sus nueras.

-Vamos al baile abuela – le dice uno de sus nietos-.
-¿Si no tenemos dinero, que vamos hacer allá?-responde doña Conchi.
- El muñeco es el que canta, él la invito a usted, así que usted entra gratis- dice una de sus nueras-.
- Como crees, si van a rifar una plancha y una licuadora, entonces que me van a dejar pasar así nomás –dice doña Conchi, mirando las cartas que le enviaron las mujeres y familiares de La Patrona-.
- Solo cuesta diez pesos la entrada abuela- insiste su nieto con ojos ansiosos-.
-No hay dinero ni para festejar la independencia, mijos, como vamos a pagar por el baile -dice doña Conchi-.
- Bueno solo vamos por fuera a ver, anda abuela, vamos a ver –dice el nieto de siete años con su playera de peces y una gran sonrisa -.
- No hay dinero para la cena del 15, y ya parece que vamos a tener para pagar diez pesos por un baile, mejor bailo aquí en mi casa y no gasto lo que no tengo, pero buen, vamos a dar una vueltecita solo a ver.
- A usted si la dejan pasar, el muñeco la invito y quien quita y se saca la licuadora – dice la nuera-
- Mejor síganme leyendo estas cartas, que están muy bonitas…


IV. Hola conchita: Soy Irene, vivo en cd. Madero Tamaulipas y tengo 55 años, soy madre de 6 hijos y tengo ya 5 nietos...quiero decirte que eres una persona muy valiosa, eres bienaventurada, pues has arriesgado tu vida por el prójimo, y dios no se olvida nunca de quien ama tanto a sus hermanos desfavorecidos. El amor que hay en ti es tanto que no cambia en tu pecho y lo compartiste con los que necesitaban de una palabra o de un poco de pan....sigue luchando conchita que la recompensa es muy grande. En mi comunidad apoyo también a hermanos indocumentados, tenemos un lugar en donde pasan la noche y les facilitamos ropa y dinero para que continúen con su viaje....no somos polleros, formamos un grupo de la pastoral social de la iglesia y estamos trabajando para hacer la casa del migrante. Hay personas que ya me han hablado de los estados unidos diciéndome que ya están trabajando, eso me alienta a seguir.... Conchita en mis oraciones estarás presente y no decaigas...esta prueba que el señor jesus ha permitido en tu vida, debe de fortalecerte. ....... Para mi eres un gran ejemplo a seguir y que voy a difundir. Te mando un abrazo. Ojala un día te lo pueda dar personalmente.

V. ¿Ayuda económica? no sé que es lo que necesito. Una cuenta bancaria, jajajajaaa, ¿y como es eso? En mi vida he tenido una cuenta siquiera de ahorro. De donde voy a sacar para abrir una cuenta, ¿además que banco me daría una cuenta?




VI. Estuve dos años encerrada. Ayuda no había de ningún lado, no teníamos para pagar un abogado y el que tuve, mira que todos los vecinos se juntaron y se cooperaron para pagarle de a diez pesos cada uno, se junto como mil quinientos pesos, se le dio el dinero y se fue junto con todas las cartas de apoyo de los vecinos que me conocían y testificaban que yo no era pollera. El juez solo dijo, “pues ya ni modo”.

La cosa empezó a cambiar hace como cuatro meses cuando llegaron los del PRO con el abogado que conoció mi caso y mira, ya estoy afuera bendito sea dios.


VII. Doña Conchi, desliza sus dedos en el papel de cada una de las cartas y las observa de cerca. No sabe ni leer ni escribir. Es madre soltera y se dedica a la lavar y planchar ajeno, también trabaja en algunas casas en donde ayuda en las labores de la limpieza. Deja las cartas en la silla que tiene a su lado, mientras sus nietos corren en la patio de tierra entre gritos y risas. “No se vayan a lastimar –les dice, mientras juegan a las luchitas-“. Toma nuevamente entre sus manos el puñado de cartas y elige otra en un sobre con la imagen de la virgen de Guadalupe y letras de colores, le da la vuelta y levanta la mirada al azul cielo, mientras el viento frío levanta polvo que le obliga a entrecerrar los ojos y entiende la carta para que se la lean…

De: Familia Martínez Juárez. Para: Una persona Especial. Lugar: Guadalupe, La Patrona, Ver. México. Fecha: Lunes 12 de agosto del año 2007.
¡Hola! Esperamos en dios primero salga muy pronto y siga colaborando, dando de comer, a los migrantes que dios la ha de ayudar, y siga apoyando a los emigrantes. Que se encuentre bien física y emocionalmente. No se olvide, no se desanime. Porque dios y la virgen santísima le darán fuerza y siga adelante que pronto resuelva su problema y salga con bien, le pediremos a dios que pronto salga. ¡Que dios la bendiga! Se despide una familia que apoya a los emigrantes. Adiós se despide! La Familia Martínez Juárez ¡Buena suerte!


- La Patrona, ¿y donde esta eso?- pregunta doña Conchi-
- En Veracruz, a diez minutos de Córdoba -respondo-.
- Y esta muy lejos ese lugar, dices que ahí la gente da de comer a los migrantes también, ¿como supieron de mí? Me gustaría conocer por allá.
- Si quiere ir con gusto la llevamos –le digo-.
- ¿De verdad me llevas, cuando? ¿por qué me escribieron? Quiero conocer a estas mujeres, quiero ir y dar una vuelta por allá a ver como es, ¿de verdad me llevas?…

VIII. Observa unas fotos donde se aprecia como Norma, Rosa, Lourdes, doña Viki, Julia y el resto de mujeres entregan comida en bolsas al paso del tren.

“Mira no mas, como se juntan . Así le habíamos de hacer aquí. Organizarnos y ayudarnos entre nosotros. Aquí toda la gente les ayuda con una ropita, con un taco. Aquí toda la gente es buena, somos pobres pero ayudamos a quien lo necesita. Habías de ver como la gente que cuida las vías, como maltratan a los centroamericanos, como los corretean y les pegan. La policía los insulta, los roba y si nos metemos, pues nos amenazan. Pero aun así la gente ayuda. Una ocasión, mira allá, en aquellos maizales, metieron entre la milpa a unos migrantes que alcanzaron a agarran, los golpearon y a uno hasta los zapatos le quitaron y así lo trajeron en todo el pueblo, hasta que se los llevaron todos sucios y golpeados. ¿Así que sí nos organizamos será más fácil verdad?”

Me mira con ojos emocionados. Y observo su primera sonrisa del día.

- ¿Le puedo tomar una foto con sus nietos y sus nueras? – le pregunto mientras deja su silla de madera y da unos pasos-.
- Si claro, pero mira, aquí en mi casita de “pollera” jajaja, que se vea bien, que miren todos que me gusta mi casita, aquí vivo sola, pobre pero con gusto. Humilde pero cuando quieras venir están abiertas las puertas. Soy pobre y ayudo, no que la gente del poder, la gente del dinero, esos son malos y codos. Yo no necesito lujos, solo un poco para comer, darles a los migrantes y atender a mi familia.

Camina con seguridad, en el patio enorme de tierra, su casa de techo de laminas y muros viejos pero bien pintados, adornada con plantas, muchas plantas que son cuidadas con esmero. El tendedero para secar la ropa cruza de lado a lado el cuadro del terreno, donde se hacen pequeños remolinos de polvo al paso del frío viento. La fachada principal que da a la calle, es solo un conjunto de plásticos negros y otros transparentes, con muros de tripaly y ladrillos carcomidos, la puerta de madera deteriorada se cuelga de un muro que no cae por presión con los muros del otro lado de la casa.


IX. “Hay joven, que bueno que vino. Soy diabética y desde la mañana me sentía muy mal, ya devolví el estomago, no tenia hambre, pero con estas palabras que me trajo la vida cambia. Dígales que muchas gracias, que ya salí de la cárcel y que seguiré ayudando, pues ahora se que ya no estoy sola. Que hay gente que se preocupo por mi sin conocerme. Y primeramente dios, usted no me dejara esperando, ahora me lleva a conocer a La Patrona, será un gusto conocer a todas estas mujeres, después de tanta tristeza. Gracias y aquí tienen todos su casa.”



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La justicia consiste en tener respeto por el derecho de la gente a vivir como quiera.
Naguib Mahfuz